Ejercen una curiosa fascinación que les permite convertirse en el foco de atención sobre el que gira todo un look, les permite transformar cualquier prenda casual en un mix donde percibimos notas que suenan distintas, casi renovadas. Calzar unos zapatos rojos es una apuesta contra lo anodino y lo evidente, porque su inesperada presencia es perfecta para renovar el denim, imprescindible en el trio de rojo-blanco-negro, perfecto con el azul navy o el verde khaki, y aun consigue sorprendernos cuando asoma bajo un vestido de noche negro.
Llévalos en versión botines sesenteros o unos mocasines con un pequeño tacón, nunca te equivocarás con las clásicas bailarinas o unos stilettos, y si te apetece innovar, atrévete con una sandalias en invierno o unas espectaculares botas infinitas...pero este otoño ríndete al discreto encanto de calzar en rojo.
Por eso nuestros caprichos rojos cobran vida con la obra de la genial Yayoi Kusama, la dama de los lunares infinitos, la dama del rojo vibrante.
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